sábado, 15 de julio de 2017

REZA EL SANTO ROSARIO




Arrebatada en la flor de su edad


“Monseñor Dupanloup, obispo de Orleans, cuenta lo siguiente:

Me hallaba al lado de un lecho de muerte recogiendo y bendiciendo el último suspiro de una joven que apenas tenía veinte años y hacía más de uno que se había casado.

Pertenecía a la familia de un mariscal famoso de Francia y acababa de tener un hijo.

Sus padres estaban consternados y medios desesperados.

Pasé a donde estaba la moribunda, me quedé atónito al verla sonriente:

-¿Es que no cree que iré al cielo? 

- Hija mía, tengo mucha esperanza.

- Y yo seguridad, porque he cumplido el consejo que usted me dio hace años.

- No recuerdo.

- Verá. El día de mi primera comunión me recomendó que rezara todos los días con devoción las tres Avemarías, y desde hace cuatro años me hice cófrade del Rosario y no he dejado de rezarlo todas las noches. Por eso confío salvarme. No puedo creer que habiendo pedido a la Virgen cincuenta veces cada día que rogase por mí en la hora de la muerte, ahora que voy a morir, no esté Ella a mi lado…

Y presencié un espectáculo consolador, una muerte verdaderamente celestial. Recibidos los Santos Sacramentos, vi a aquella tierna y débil criatura arrebatada en la flor de su edad, consolando a sus buenos padres, alentando a su marido y besando a su hijito del alma. Y en medio de todos estos lazos que se rompían, de todos estos abrazos que la retenían, no veía otra cosa que el cielo ni hablaba más que del cielo, hasta que la Virgen se la llevó consigo”.

ANÉCDOTAS MARIANAS - FRAY ANTONIO CORREDOR GARCÍA